Al principio las pelotas de hilo trenzado, además de no ser excesivamente caras, me parecieron una buena opción para mi inquieta y juguetona perrita de 9 meses, pero a día de hoy, he tenido que retirar todos sus juguetes de este estilo.
El problema es que le gustan tanto que se pasa horas mordiéndolos hasta que consigue soltar el cabo final de la pelota, aunque esté escondido a conciencia. Acto seguido se dedica a morder el cabo (como si se tratara de un chicle) y acaba rompiendo los hilos de algodón. Una vez rotos ¡se los traga!.
En varias ocasiones encontré restos de algún hilo en sus heces; pensé que era algo circunstancial y, al tratarse de un cachorro, no le dí demasiada importancia. Pero hace unos días la cosa se complicó. Bella dejó de comer hasta que consiguió vomitar una cantidad enorme de hilos que, sin duda, me asustó.
Si tu perro tiene tendencia a comérselo todo, te recomiendo que estés un poco más atento/a si tienes en casa juguetes de este estilo o que directamente se los retires, como he tenido que hacer yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario